viernes, 4 de octubre de 2013

Algunos intelectuales viven en Wonderland

Hace algunas semanas publiqué El error de los peridodistas opinólogos. En ese texto critiqué la falta de datos que sustenten la mayoría de las opiniones que se publican en los periódicos. Luego, al estar dando seguimiento de la controversia entre Wieseltier y Pinker encontré este comentario de Pinker que resume perfectamente mi incomodidad con los opinólogos que simplemente predicen y afirman con buenos razonamientos pero sin sustento empírico:
"The era in which an essayist can get away with ex cathedra pronouncements on factual questions in social science is coming to an end."

Meses antes había aparecido esta conversación en EDGE.ORG en la que Philip Tetlock habla de sus investigaciones acerca de las predicciones de los expertos en temas de política y economía norteamericana. Sus conclusiones no dejan bien parados a los pundits, los expertos.

En el texto que sigue se critica el lenguaje de los académicos que expresan sus opiniones sobre problemas públicos en términos que  no se entienden o no interesan y en consecuencia no se puede esperar que los políticos los tomen en cuenta.

Las metáforas de Lewis Carrol justifican el uso de Wonderland en el título. 

DOWN THE RABBIT HOLE

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