Al margen de lo que uno piense de las religiones, hay algo que tienen de bueno: la reunión dominical en la que se juntan los conocidos, se reanudan las relaciones sociales, se escuchan chismes y un mensaje del sacerdote que, a veces, invita a la reflexión.
La alegría de platicar con los amigos se refleja en la palabra chorcha que según algunos viene de church. Puede o no ser cierta esa etimología pero el mero hecho de que pueda ser refleja el reconocimiento implícito del efecto social benéfico de la reunión dominical.
Como explica el siguiente texto, a los ateos no les gusta la religión pero sí la reunión social. Por eso se está extendiendo la costumbre de la asamblea dominical de los ateos desde Inglaterra, donde se originó, a otros países de habla inglesa. No nos extrañemos si pronto tenemos este tipo de reuniones en México.